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Lo que podemos aprender de una pesadilla en la cocina

 

por Mariano Del Franco (*)

 

Tiempo atrás descubrí en YouTube un programa llamado Kitchen Nightmares (pesadillas en la cocina), un reality show protagonizado por el chef Gordon Ramsey, conocido por su mal carácter.

El programa consiste en que este chef es contactado por restaurantes en crisis que están a punto de cerrar, para que los  ayude a identificar y resolver los problemas con miras a tratar de salvar el negocio. La estructura es la misma: el chef siempre llega, pide algo del menú, lo prueba y dice que es horrible, para posteriormente revisar la cocina del local (que por lo general siempre está sucia, anticuada, desorganizada), habla con encargados y empleados, ve cómo funciona el restaurante en un servicio de cena de un día normal, y luego empieza a hacer los cambios necesarios.

Después de los gritos, peleas, errores y demás problemas que pueden suceder, la mayor gracia del programa, empiezan a hacer los cambios (algunos casos radicales, como rehacer la cocina) y todo funciona mejor. En la mayoría de los casos, los restaurantes sobreviven y todos quedan agradecidos a la asesoría de este profesional.

El programa me sorprendió gratamente, por lo que hice maratón y vi cuatro temporadas. Mas allá de las cosas obvias que se veían, empecé a darme cuenta de que el programa (y el chef) estaban dando un mensaje un poco más profundo de lo que se veía a primera vista, lo cual reavivo mi interés en el programa.

Lo más evidente, claro, era que los problemas que afectaban a esos restaurantes, se podían trasladar a cualquier otra actividad: la mayoría de las empresas cuenta con dueños con poco conocimiento o interés en su negocio, áreas  de trabajo descuidadas y con falta de control o inversión, empleados explotados, descontentos y/o descuidados, gente ocupando cargos para los que no es idóneo… Todos aspectos que conocemos y hemos padecido más o menos en nuestros trabajos.

Pero lo más importante y llamativo, para mí, era la cuestión de cómo solucionar estos problemas. Porque según lo que vi, a veces una simple y pequeña acción, es súper importante, y tiene el poder de generar un cambio fundamental  en la Organización.

Dejando de lado que se trata de un programa de televisión, donde la mitad de las cosas siguen un guión y la otra mitad se solucionan con dinero, creo que el mensaje igual es válido; justo coincidió con algunas cosas que estuve hablando en esos días con colegas artistas y otras cosas de mi experiencia personal.

Estas son algunas de lo que pude sacar en limpio:

  • Cuando las cosas no funcionan, hay que parar todo, analizar cuáles son los problemas, y buscar soluciones. Esto, que alguno puede ver como una pérdida de tiempo (por interrumpir la producción) puede ser lo que termine salvando el proyecto. Si es necesario, pedir ayuda a quien tiene experiencia. Alguien que puede ver las cosas desde afuera, nos puede marcar cosas de las que no teníamos idea.
  • Hay que tomar conciencia de donde estamos parados, dejar de lado los egos y los caprichos, entender que papel cumplimos dentro de un proyecto (y si somos parte del problema o la solución) y actuar en consecuencia.
  • En todo proyecto grupal, todos los miembros del grupo tienen la misma importancia. Si bien cada membro del equipo cumple un rol diferente, nadie vale más o menos que el otro. El trabajo de cada uno, sea más o menos especializado, es crucial para el éxito del proyecto.
  • Por duro que suene, si alguien no es idóneo para una tarea, hay que sacarlo. Se le busca otra tarea o se lo saca  del proyecto. Pero ningún proyecto puede salir adelante si una persona no hace su trabajo, no lo hace bien, o complica las tareas de los demás. A veces no queda otra y por eso, quien encabeza el proyecto tiene que estar preparado para tomar estas decisiones. Por lo mismo, hay que pensárselo muy bien antes de encarar proyectos con amigos o familia.
  • Nadie saca adelante un proyecto grande solo, sin importar que tan bueno sea en su área. En mayor o menor escala, todos necesitamos de alguien más para concretar nuestro proyecto, y el trabajo de esa otra persona es tan importante para el éxito del proyecto como el nuestro. Por mejor que uno sea en lo que hace, siempre hay que tener humildad y respetar y reconocer el trabajo de los demás. Los egos y los caprichos personales, por lo general atentan contra el buen resultado del proyecto. Hay que escuchar al otro, incluso si no nos gusta lo que dice, y tratar de entender por qué nos dice eso. A veces, la respuesta que necesitamos puede venir de quien menos esperamos, simplemente porque ve las cosas desde otra perspectiva.
  • Sobre exigir a los empleados y/o compañeros de trabajo nunca es la solución a nada. Por lo general, se suele exprimir a los trabajadores para tratar de solucionar problemas de fondo , que llevaron a la situación actual. Esto no solo no los soluciona, sino que genera nuevos problemas (descontento, errores por cansancio, problemas en la cadena de trabajo, etc.) Un empleado contento y descansado, trabaja mejor. Si un empleado trabaja a desgano o no está contento, hay que averiguar por qué pasa esto (muchas veces, es por las malas condiciones de trabajo). Si algún problema surgiera directamente por la acción o inacción de un empleado (es perezoso, roba o trata mal a los clientes), entonces hay que tomar acción sobre ese empleado en particular.
  • Hay que saber delegar. Si una persona es contratada para un trabajo por sus conocimientos y experiencias, se la debe dejar realizar su trabajo según su criterio y escuchar sus recomendaciones, que para eso se la contrato.
  • Contratar o pedir consejo a una persona experimentada y no escuchar lo que tiene para decir, o forzarlo a trabajar dentro de un sistema que ya no funciona, no va a solucionar nada. Al contrario
  • Hay que ser responsable con el trabajo. No solo cumpliendo de manera adecuada las tareas, si no también haciendo notar cuando las condiciones para cumplir ese trabajo no son las adecuadas. La dejadez o indiferencia ante condiciones de trabajo inadecuadas o peligrosas (especialmente en el área gastronómica) pueden tener consecuencias muy graves, tanto para los trabajadores como para los clientes. Si perdiste la pasión en tu profesión, hay que detenerse, reflexionar y tratar de reconectar. Y si descubres que tu trabajo no te hace feliz, buscar otro rumbo.
  • Cada tanto hay que chequear el equipo de trabajo (material y humano), ver cómo funciona, cuales son los problemas que se enfrentan a diario, y si es necesario actualizarlo ya sea con capacitación, sumar equipo o modificar las funciones o el modo de trabajo. Las estructuras de trabajo dinámicas tienden a durar más que las que se estancan; aunque en principio funcionen, a la larga no van a poder sobrevivir. Los cambios en el equipo hay que hacerlos acorde a las necesidades del equipo y del proyecto; tampoco es útil cambiar las cosas sin razón y por un mero capricho.
  • Hay que conocer el mercado y el entorno. Que busca el cliente, que podemos ofrecer, que recursos disponemos.
  • Esto no implica que  «hay que hacer lo que el cliente quiere», sino tratar de entender que es lo que realmente le podemos ofrecer dentro de su interés. A veces, esto implica reestructuraciones importantes; hora entonces de reflexionar acerca de cómo y si seguir adelante con el proyecto original.
  • La calidad lo es todo. Si uno tiene un proyecto que quiere conservar a largo plazo, es súper importante la calidad de lo que se hace. Desde ya, que las cosas de calidad son más caras y mas difíciles de realizar, pero el resultado es en gran medida garantía del éxito, especialmente a largo plazo. Bajar la calidad, nunca ayuda a remontar un proyecto y producir de entrada cosas de baja calidad, garantiza su corta duración. Cualquier proyecto que resulte en productos de mala calidad, no va a durar mucho, y probablemente, va a terminar mal.
  • Por último, una cosa que me parece MUY importante: Si sos un profesional reconocido en lo que haces, tené la humildad de ser amable y respetuoso con los colegas, especialmente los que recién están empezando. En la medida de tus posibilidades, ayudalos, aconsejalos, reconocelos.

Con solo decirle a alguien que lo que hace es bueno, podes cambiarle la vida a esa persona, brindandole ánimo,  buscando impulsarlo en su carrera o su pasión. También, si es el caso, decirle que lo que hace no es bueno, pero siempre de manera respetuosa y explicándole por que, y como mejorarlo. Ser buena persona con los colegas, también es ser buen profesional. Ser buena persona con principiantes yadmiradores, es lo que genera amor y respeto. No hay que creérsela, por más talentoso que uno sea. No hay que olvidarse que todos empezamos desde abajo, y que tuvimos todo un recorrido y un proceso para llegar hasta donde estamos. El reconocimiento viene tanto de nuestra calidad profesional, como humana.

Nunca hay que olvidarse que en definitiva, ocupemos el puesto que ocupemos, hagamos el trabajo que hagamos, somos personas, embarcadas en un proyecto común.

 

(*) Mariano Del Franco (marianodelfranco@gmail.com).es un artista gráfico que colabora con nuestro estudio en temas puntuales. Cuando observó el programa Kitchen Nightmare publico sus opiniones en la red social y le pedimos autorización para publicar una edición del mismo. Su visión y aporte atyuda a que muchos entendamos las funciones de una cultura laboral exitosa,  postulando ideas y criterios que muchos profesionales del área no saben como explicar.

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